En la historia del arte a San José se le representa como un hombre maduro o anciano. Fueron Mateo y Lucas, evangelistas ambos, los que aportaron algunas noticias sobre el esposo de María y padre adoptivo de Jesús, presentándole como un hombre justo, descendiente de la estirpe del rey David, que vivía en Nazaret y trabajaba como carpintero.
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Otros datos los encontramos en los evangelios apócrifos y en las creencias y devociones populares, y son los que determinan de alguna manera más fácil y sencilla la iconografía al respecto.
Otros datos los encontramos en los evangelios apócrifos y en las creencias y devociones populares, y son los que determinan de alguna manera más fácil y sencilla la iconografía al respecto.
La figura de José, anciano, mucho mayor que María, responde a la necesidad de resaltar la paternidad divina de Cristo, y han sido bastantes los artistas que han representado a este santo en sus obras siguiendo estas características iconográficas.
Sin embargo, hay una obra de un gran pintor que rompe con algunos esquemas e introduce en la historia del arte una imagen distinta. En ella, José colabora con un ángel sosteniendo de la forma más sencilla y cotidiana una partitura de música.
El artista es CARAVAGGIO; y su obra -El descanso durante la huída a Egipto- nos hace ver un aspecto más poético de la narración religiosa del hecho en sí. Este magnífico cuadro, que se encuentra en la Galería Doria Pamphili, de Roma, es una muestra muy especial de la naturaleza serena de este santo.
Pepe.
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