Actualmente, muchos de nuestros hijos tienen quizás menos oportunidades que nosotros de acercarse al ambiente rural, cada vez son menos los niños que veranean en el pueblo. Y desde aquí, he pensado que quizás les podríamos acercar a este pequeño mundo.
Hay mucha gente que disfruta escapando a los pueblos, ya que en ellos se puede gozar de la tranquilidad que no disfrutamos los que vivimos en las grandes urbes. Y gente que prefiere hacer otro tipo de escapadas ya que nos les gustas las “incomodidades” de los mismos.
Hoy os dejó, la visión de una gran amiga (a parte de la mía), Isabel Riesco, de su pueblo: Ayoó de Vidriales en Zamora. Para todo el que quiera ver más información de este pueblo zamorano os dejo el link de su blog: http://elblogdeayoo.blogspot.com/
Ella se describe cómo una persona que nunca ha idealizado idealizado la vida en el campo porque ha visto cómo trabajaban sus abuelos y sus padres, que se pasaban sus vacaciones al sol, segando, trillando, acarreando. Pero buena parte de sus mejores recuerdos están en sus veranos de calores y granos en Ayoó, en la casa de adobe sin baño de sus abuelos, la sobremesa de lecturas de Julio Verne, la bicicleta, los paseos a la presa. Le gustan las fiestas de pueblo con los músicos en el remolque y el baile vermouth, las típicas y repetidas preguntas para situarte familiarmente, conocer a casi toda la gente y mantener intrascendentes charlas a la puerta del bar.No niega todos los defectos de un pueblo, lo bueno y lo malo de conocerse todos tanto, la falta de medios sanitarios, de transporte, de ocio o la inquina en las opiniones ya sea por el fútbol o por la política. Pero, no lo puede evitar, me gusta el Ayoó veraniego y creo que la cosa se transmite porque su hijo también disfruta sus días en el pueblo.
Desde luego, con esta descripción dan ganas de sumergirse en la vida de este pueblo y gozar de esa tranquilidad ¿o no?
Los recuerdos que yo tengo de mi pueblo, Medina de las Torres (Badajoz), de pequeña son esos mismos, recuerdo que mis tíos trabajaban de sol a sol, labrando el campo, recogiendo los productos de la huerta, los huevos de las gallinas. Ese olor a leche recién ordeñada, y ver a mi abuela hirviéndola para desayunar. Ese sabor, que tenían los tomates y los huevos, las visitas al mercado acompañando a mis primas mayores a vender todo lo que se había recogido el día anterior en la huerta.
Si cierro los ojos, veo a las mujeres barriendo los portones de la puerta y a los niños jugando en la calle porque son pocos los coches que les interrumpen en su juego. Fueses donde fueses, todos te conocían por el mote de la familia (tema que trataré otro día), los chapuzones en la piscina municipal o en las albercas de la huerta.
Y vosotros ¿quién veranea en el pueblo? ¿Os gusta?. Os invitamos a todos a participar, podéis preguntar a los abuelos y que os cuenten si vivían en el pueblo como lo hacían ¿Qué comodidades tenían?
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1 comentario:
Paula me dijo un día, "nosotros no tenemos pueblo ¿verdad?, porque si lo tuviéramos iríamos allí todos los fines de semana como fulanita"....."pues no, no tememos casa en los pueblos de los abuelos, pero sí tenemos La Manga (apartamento de mis suegros), esa es nuestra casita de pueblo para ir cuando queramos".
Ella pregunta a sus 4 abuelos "¿tú tenías water cuando eras pequeño? ¿y fregona? ¿y....?" y es que le debe parecer raro que no hubiera un water con papel higiénico y cuentos para leer mientras están sentaditos como reyes en sus tronos...."pues no hija, no teníamos nada de eso".
un saludo.
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